Palermo, una joya por descubrir
Palermo es la capital de Sicilia, lugar turístico por excelencia, y también una de las ciudades más importantes de Italia. Pero, a pesar de esto, no ha sido hasta hace poco cuando ha logrado el acercamiento y reconocimiento de un mayor número de turistas. Y es que Palermo es una ciudad que ofrece mucho y muy variado, y los que la visitan por primera vez se sorprenden por la cantidad de opciones culturales, vacacionales y gastronómicas que se le brindan.
Cómo llegar a Palermo
Al estar situada en una isla, la manera más sencilla de llegar a Palermo es por avión. El aeropuerto más cercano es el de Falcone-Borsellino, que está a poco más de 30 kilómetros de la ciudad, aunque también se puede volar al aeropuerto Vincenzo Florio, en Trapani, que está a hora y media en coche, pero puede resultar conveniente por la cantidad de líneas y conexiones que tiene. Otra opción para llegar a Palermo es el Ferry, habitualmente desde Nápoles, Roma o Génova, aunque también hay barcos que parten desde otras ciudades.
La herencia cultural de Palermo
A lo largo de los últimos siglos, han pasado multitud de pueblos y culturas por Sicilia y, más en concreto, por Palermo. Griegos, romanos, árabes, normandos o españoles han dejado una huella permanente en la arquitectura y cultura palermitana, y eso es algo que se respira profundamente cuando se pasea por sus calles y avenidas.
Podemos perdernos por su casco histórico, uno de los más grandes de Europa, cuyo ambiente nos transporta a otras épocas, y en el que encontraremos maravillosos rincones escondidos, multitud de iglesias que son verdaderas joyas en su interior aunque puedan pasar desapercibidas por fuera, o sumergirnos en cualquiera de sus mercados urbanos, donde podemos comer o comprar productos típicos de la zona.
Pero, aparte de estos recorridos urbanos para los más curiosos, en Palermo resulta imprescindible acercarse a la Catedral, construida a partir del siglo XII, y al Palacio de los Normandos, donde se encuentra la Capilla Palatina, cuyos mosaicos son una de las mejores joyas artísticas en la capital siciliana. Y para los más atrevidos es muy recomendable la visita a las Catacumbas de los Capuchinos, lugar único en el mundo donde ver expuestos los cadáveres de nobles y feligreses que, desde el siglo XVI, querían descansar allí.
Desde Palermo a otros puntos de Sicilia
Desde Palermo también se pueden realizar desplazamientos a otros puntos de Sicilia, cuyo transporte por carretera no está muy lejano y que completan, cada uno a su manera, las variadas opciones que ofrece la capital siciliana.
Los recorridos por la costa, tanto hacia el este como al oeste, son geniales para visitar y conocer pueblos entrañables, como Cefalù o Erice, acercarnos a Marsala, conocida por su excelente producción vinícola, o, un poco más al sur, cerca de Agrigento, sorprendernos con la auténtica arquitectura grecorromana en el Valle de los Templos, paraje único por sus monumentos y sus paisajes.
En Palermo hay más que cultura y arquitectura
Aunque al hablar de Palermo resulte imprescindible comentar su oferta cultural e histórica, es de justicia reconocer las opciones que ofrece si deseamos momentos de mayor relax y descanso. En la misma ciudad podemos ir a la playa de Mondello y disfrutar de las cálidas aguas del Mediterráneo. Pero también podemos alejarnos un poco de la urbe y descubrir otras playas y calas, como Scopello o San Vito lo Capo, que destacan por su belleza y tranquilidad, y en las que podremos descansar cuerpo y mente de la mejor manera.
Y, para los más golosos, qué decir de la gastronomía siciliana. Más allá de los platos más conocidos de la cocina italiana, que por supuesto tendremos a mano en muchos de los restaurantes y trattorie, disfrutaremos de sabores influenciados por las cocinas del norte de África en platos principalmente mediterráneos y marineros. Cualquiera de los restaurantes y bares del centro, o incluso los mercados, son válidos para saborear las viandas tradicionales y exquisitas que sólo podremos encontrar en una gastronomía que, al igual que la región en la que se origina, bebe de tantas influencias y culturas como nos podamos imaginar.