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Cualquiera que visite la localidad de Lagos, en Portugal, se dará cuenta de su ilustre pasado, embellecido por su precioso litoral y su riqueza cultural. Si ya es bonita la luz que impregna sus hermosas aguas, en el interior de la ciudad nos terminaremos de deslumbrar con la belleza de sus calles y plazas, así como de sus iglesias y edificios que, en conjunto, le dan un toque muy particular y pintoresco a la ciudad.
La Ponta da Piedade es, probablemente, una de las mayores maravillas naturales de todo el sur de Portugal, con formaciones rocosas que juegan con unas aguas cristalinas en forma de túneles y pasadizos, y que convierten a este rincón en una de las vistas más hermosas y fotografiables que uno se puede imaginar.
Por su parte, la Iglesia de Santo Antonio supone uno de esos ejemplos de construcción eclesiástica en la que la austeridad exterior contrasta bruscamente con la impresionante ornamentación interior, sin duda uno de los orgullos artísticos de la ciudad.
Ubicado en lo que antiguamente fue el convento de Lagos, se encuentra el Museo Municipal, cuya colección recoge tanto mosaicos del siglo tercero y restos de la presencia musulmana, como otros objetos y pinturas relacionadas con la cultura local.
El restaurante A Forja es uno de esos lugares con aire y estilo tradicional donde probar y disfrutar la maravillosa gastronomía de este país, con platos elaborados con los mejores productos frescos en un ambiente coloquial y acogedor (Rua dos Ferreiros 17, Lagos, Portugal).